18 de octubre de 2011

ABUSO SEXUAL??? Tengo yo la culpa?...



Levitico 18:26 Guardad, pues, vosotros mis estatutos y mis ordenanzas, y no hagáis ninguna de estas abominaciones, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros 
Levitico 18:29 Porque cualquiera que hiciere alguna de todas estas abominaciones, las personas que las hicieren serán cortadas de entre su pueblo. 

Quisiera abordar este tema sabiamente debido al impacto que ha generado en la niñez, en la adolescencia y la juventud, hoy en día existe un promedio demasiado alto de abuso sexual incluso en  las parejas, hace unos días escuche en la radio  una tasa en la diferentes edades de un 30% de abusos sexuales dese niños hasta las parejas adultas. Donde hay siempre una Victima y un abusador o abusadora sexual.

De varias consejerías que tengo,  entre 6 y 7 se refieren a algún abuso sexual. Es increíble cuanto ha afectado hoy en día los secretos familiares. Los que no se hablan, los que se callan y se esconden, pero como un volcán hacen un día erupción.

Cuando nos relacionamos con los jóvenes podemos decir que es un privilegio estar ahí cuando eso sucede y poder sostener a jóvenes y señoritas que han pasado tal tragedia, mostrándoles que hay ayuda y sanidad, tanto física emocional y espiritualmente.

Hoy en día los silencios son cada vez menos, los corazones están siendo abiertos y las voces se oyen más fuertes y frecuentes denunciando y sacando lo que por tanto tiempo se ha quedado encerrado en la conciencia, en el corazón y en el alma, pidiendo a gritos sanidad. 



El abuso sexual es una violación al cuerpo,  también a la confianza que deposito en algún familiar, algún amigo o alguna persona que veías como autoridad. El abuso sexual quebranta tus derechos universales. Dios nos creó con límites en nuestra sexualidad que no pueden ni deben ser traspasados por nadie. Sin embargo, cuando alguien hace algo tan pecaminoso  hace derrumbar esas barreras, la persona abusada se culpa pues en ese momento pierde el control de su propio cuerpo, alguien más lo toma y siente que tal vez pudo haber hecho algo para evitarlo pero no lo hizo, desgraciadamente las palabras negativas de venganza rencor, ira y odio vienen a la mente y muchas veces es destruida una vida por completo y se apodera únicamente el repudio y el dolor al corazón de la victima. ¡Rotunda y absolutamente no es tu culpa, que Satanás use gente que abuse sexualmente que tenga la mente podrida y el corazón llena de pecados sexuales! 


Tienes todo el derecho de ser feliz y sentirte limpio (a), pura (o) y sin mancha delante de El porque fuiste víctima de una persona que tiene serios problemas. ¡No eres culpable! es un tanto difícil para cada victima, pero no imposible.


Un ejemplo una joven me confeso de cómo fue abusada sexualmente. Su primo abusó por años de ella, se sentía sucia, impura, avergonzada, apenas podía mirar su rostro pues su cabello lo cubría. Con pena y mucho esfuerzo pudo sacar todo aquello que la venía atormentando por años. Ese es el primer paso hacia tu sanidad. El poder hablar con alguien que pueda no solo escucharte sino ayudarte en el proceso de sanidad espiritual,  y permitirle así a DIOS comenzar a reconstruir los deshechos de tu sexualidad y puedas ver nuevamente como el Señor resucita y sana todo lo que El creó en ti.


El consejo es que si eres una victima, necesitas ayuda al no decirlo puedes permitir comportamientos autodestructores, Tu  puedes salir adelante, muchos recurren a vicios, adicciones, comportamientos que no pueden controlar o siguen la misma línea haciendo pagar a otros inocentes por lo que a ellos les ocasionaron. Cambian su temperamento y son exageradamente introvertidas, odiando al sexo opuesto, viven en reprensión total. No se aman, se auto rechazan y por ello buscan lo que sea para sentirse bien y dormir un rato la sensación de vacío. Por otro lado, hay gente que es todo lo contrario, son exageradamente extrovertidas cayendo en patrones sexuales de perversidad, con el sexo opuesto o hasta con el mismo sexo. 

Por ello es necesario exponerlo pues en la realidad eres una persona a quien se le hizo una gran injusticia, pero Dios que es justo puede rescatarte del hoyo a donde sientes que te encuentras. "Es duro, pero tienes que perdonarlo," le dije a aquella muchacha después de algunas platicas que tuvimos. 



Su rostro no fue emotivo y dijo ¿Perdonar a ese maldito? Sí, perdonar a tu agresor para liberarte de él o ella. El perdonar es el segundo paso hacia la restauración. No, lo sientes, pero es una DESICION no un sentimiento. El perdonar te libera de convertirte en la misma persona a quién le retienes el pecado con resentimiento y amargura. Es un acto que realizas a solas con Dios. Y podrás decir: "Señor, no lo siento pero por obediencia a ti, Perdono a la persona que me hizo daño y sálvalo bajo tu misericordia para hallar salvación en ti. Y quizás lo tengas que hacer varias veces hasta que sea una convicción en tu corazón, hasta que al recordar el hecho te duela cada vez menos, hasta convertir  la tragedia en algo productivo ayudando a otras muchas personas que pasan por lo mismo todos los días contemplando como única escapatoria el suicidio, habiendo sanidad y ayuda para salir adelante.



En el libro de Levítico 18 Dios habla de todas las prohibiciones con respecto al abuso sexual. Esto sucedía desde entonces y el clamor de Dios era: mi pueblo no Dios está ahí, con los brazos abiertos para consolarte y para que recibas sanidad porque El odia el abuso. Quiere que sientas Sus brazos de amor, consolándote y haciéndote ver que El estaba ahí, junto a ti y que nunca te ha dejado, ni te ha desamparado. No existe ninguna vergüenza en decirlo. No tengas temor pues Dios hecha fuera el temor. No eres quién provocó el abuso y tu necesitas estar libre, feliz y sobre todo salvo y salva para DIOS quien te hizo con amor eterno y con el mismo amor te ha amado todos los días de tu vida.  

Que DIOS te bendiga y sean estas palabras de bendición y crecimiento para tu vida.


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